Nos encontramos en el siglo
XXI, siglo de la globalización y la información, por ende las competencias que
deben tener los profesores para enfrentarse a los estudiantes ya no pueden ser
las mismas que a las que estaban acostumbrados en el milenio anterior.
Los estudiantes actualmente son considerados “nativos tecnológicos”, por lo que para llegar a ellos se necesita contar con habilidades en los diferentes dispositivos y servicios que la tecnología pueda poner a disposición. Ya no basta con simplemente escribir en la pizarra, hacer dictados y poner presentaciones en papelógrafos o transparencias.
Los profesores, deben estar capacitados para utilizar recursos audiovisuales que puedan llamar la atención de los estudiantes, recursos como videos, power points, música, entre otros deben ser aplicados
para que de esta manera, ellos se sientan motivados en un entorno “familiar” del que pueden dejarse llevar.
Ya no es suficiente el tratar en contenidos históricos respecto a sólo la cultura de chile, ya que el número de inmigrantes ha crecido debido a su estabilidad económica y por ende el proceso de interculturalidad está en marcha, es por esto que los establecimientos educativos deberían recolectar la información cultural de toda la procedencia de sus estudiantes para así fomentar la tolerancia con los pares.
Así, es como la enseñanza va cambiando, y al haber diferentes culturas, también habrán diferentes necesidades las cuales deben ser cubiertas para lograr los objetivos del sistema educativo, es decir, los profesores deben hacer clases personalizadas, deben romper el molde para así lograr
influenciar a los estudiantes de forma positiva para que puedan crecer dentro de esta nueva sociedad.
Los
profesores del siglo XXI, deben ser profesores, que al igual que la sociedad,
están en una constante evolución y adaptación, y por ende deben fomentar la
autonomía de sus alumnos, para esto han de asignar trabajos y tareas con cierta
libertad, al estar libres de pautas estrictas como se hacía en los años
anteriores los estudiantes podrán pensar por sí mismos, decidiendo que es lo
que les gusta, como ejecutarlo, y en consecuencia se verán guiados hacia lo que
quieren hacer con sus vidas a futuro.
Por
otra parte, los estudiantes del siglo XXI también han cambiado, lo que supone
un gran desafío para los profesores, quienes ya no se los pueden ganar de la
misma manera. Los estudiantes, son jóvenes dispuestos a cambiar las cosas, son jóvenes
con iniciativa que intentarán buscar la información necesaria para lograr sus
metas como ellos estimen convenientes, es aquí donde entran en juego los
profesores, quienes dejan de ser profesores de contenido, y son educadores. Con
esto quiero decir, que los profesores han de enseñarles valores como el respeto
para que así, al encontrarse los estudiantes ante un abanico de oportunidades,
puedan decidir la que sea mejor para el bien de ellos y el común.
En esto
se basa la educación del siglo XXI, tecnología, digitalización,
interculturalidad, y la relación que se va generando entre los estudiantes y
sus guías, quienes los llevaran decididos a un futuro cooperativo
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